Tuesday, April 20, 2010

Elmo Valencia Visits FIX University Book Fair


Bodas sin oro, Cincuenta años del Nadaísmo



Fernando IX University

Dibujo de Malmgren Restrepo (1960).

Algunas precisiones sobre el nadaísmo

Obra negra
Gonzalo Arango
Plaza & Janés, Santafé de Bogotá, 1993

Una de las fuentes ignoradas del nadaísmo está en los panfletistas, cuyos libelos fustigaron su tiempo con la misma acritud que después se observa en los manifiestos nadaístas, o en los textos combativos de Gonzalo Arango. El nadaísmo es producto de una reflexión sobre el país, constituye un intento por abolir el excesivo lastre del pasado sobre la segunda mitad del siglo, y por ello se inicia como actitud crítica frente a la sociedad colombiana.

El proyecto inicial del nadaísmo, más que literario fue de reforma social, y por eso se constituyó en un movimiento nacional de juventudes, y no precisamente en una escuela poética. La ambición de Gonzalo Arango era política; así lo entendió el gobierno del doctor Alberto Lleras Camargo, por eso la caballería militar cargó contra las reuniones nadaístas y su líder fue puesto a buen recaudo varias veces.

La formación de Gonzalo Arango, principalmente filosófica y literaria, hizo de él un pensador. Su excepticismo se combinaba, al estilo antioqueño, con el hombre de acción que admira la eficacia de la fuerza, pero en su condición de poeta fino y sensible estaba el punto débil que llevó a Eduardo Mendoza Varela a definirlo como "oveja disfrazada con piel de lobo".

El ideario de Gonzalo Arango es muy distinto de la imagen que proyectó para atraer la atención y dirigir sus mensajes principales a quienes no se enteraban de la obra literaria. En consecuencia, predomina del nadaísmo una idea falsa, en ocasiones fomentada por los mismos nadaístas, con aparente aceptación pero escasa visión histórica.

La sociedad colombiana perdió el sentido de autocrítica, y una sociedad ciega está cada vez más lejos de visualizar caminos hacia el futuro. El nadaísmo crítico de hace 35 años no podría existir hoy, porque somos un país de regreso a la barbarie. Gonzalo Arango, de la estirpe espiritual de Camus, creía que los escritores tenían responsabilidad social y un destino en la comunidad. Pero hoy en día el oficio de los escritores es solamente contar cuentos para entretener al público, a eso quedó reducido su papel, y buscan en el mercado la compensación que se ofrece a su conformidad.

El NO del nadaísmo va contra todos los poderes, y en ese sentido mantiene su vigencia para la época actual, en la que ningún poder merece respeto. Cuando todos los poderes pierden dignidad, y el pueblo ya no tiene nada que respetar, la comunidad se anarquiza, y eso es lo que está sucediendo. Mientras las fieras despedazan los restos de la bandera, vemos con pesar que Colombia no ha sabido ser una patria para los colombianos, y se limita a ser su tumba.

Elmo Valencia, Gonzalo Arango, Mario Francisco Restrepo, Dina Merlini, Moisés Melo, Patricia Ariza, Jotamario, Fanny Buitrago, Luis Darío González y Carmen Payón en la Plaza de Bolívar, 1959 (Fotografía de Nereo).

"El profeta", como ha sido llamado Gonzalo Arango, tuvo una clara visión del desastre que se fraguaba, entendió que era mentira la patria que sus románticos maestros le habían enseñado a amar, se despidió cortésmente, sacudió sus sandalias, y desapareció en medio del sombrío pronóstico que el mediano plazo anuncia para un país en disolución, incapaz de defenderse porque es enemigo de sí mismo, al que vientos caóticos empujan por los cuatro costados, mientras la primera clase celebra su última fiesta irresponsable y se lava las manos.

Si después de las sucesivas muertes que algunos ya fallecidos le decretaron, el nadaísmo sigue convocando foros en el país y en el exterior, algo tiene de renovado interés la figura de Gonzalo Arango, como lo demuestran las continuas ediciones piratas de Obra negra, que se agotan desde hace algunos años por lectores interesados en confrontar distintas versiones de la leyenda.

Nadaístas en la Plaza de Bolívar. (Fotografía de Nereo).


Boletín Cultural y Bibliográfico , Número 33, Volumen XXX, 1993


Aílcar Osorio.


Nadaísmo: bibliografía reciente

EDGAR O’HARA
JAIME JARAMILLO ESCOBAR
OSCAR TORRES DUQUE
DARÍO JARAMILLO AGUDELO
JORGE H. CADAV

Trabajo fotográfico: lan Flórez de Armas
Archivo de Jotamario Arbeláez
lan Flórez de Armas
Archivo de Jotamario Arbeláez


Jotamario Arbeláez.


Hervor de nadaísmo, sabor a más acá

Obra negra
Gonzalo Arango
Plaza & Janés Editores, Bogotá, 1993

CADA CIERTO TIEMPO VUELVEN A PONERSE en onda los textos que por alguna razón (extraña o no, política o no) dejaron de ser imprescindibles para un número indefinido de lectores. Obra negra regresa con las ventajas que la tradición otorga (aunque, en términos literarios, la historia nunca absuelva) y las arrugas que otra época impone a las páginas más blindadas. Pero un regreso no provocado por las argucias publicitarias sino por el contexto socioeconómico y cultural tiene los méritos de la primera aparición; sólo que otros ojos y otros entusiasmos serán quienes protagonicen su lectura. Después de Lacan, Derrida y Foucault, reingresará en la crítica J.P. Sartre, el mañoso de la mirada, acompañado seguramente por su carnal Camus... Y eso que estamos sólo en plan de lo francés... ¿Conque ha vuelto Gonzalo Arango? Mejor que mejor. Su prosa arde y en algunos casos quema con razón; su poesía en verso —adelantémonos para no hacerla larga— es olvidable, redundante y de ocasión, en el peor sentido de la palabra.

Las sociedades "cerradas" a veces gestan, en su interior y sin proponérselo, la imaginación necesaria para abrir ventanas, agujeritos de libertad. En el Londres victoriano del XIX, Jack the Ripper desenfunda, como un guante sangriento, la moral que le apetece y le corresponde. En "Relaciones sospechosas", Julio Cortázar intuye la relación que entre arte y vida da origen a textos que han de vivir más del lado del arte o de la vida, según. Pero el producto en sí, armazón expresiva, correrá la suerte que el lector le endilgue, hacia una tradición artística o hacia una experiencia remozada. Este es el dilema:

Un escritor debería tener el privilegio de reificar su imaginación en las encrucijadas más lunares de la vida; incapaz de hacerlo —y hacerlo sería acaso horrible— se contenta con alinear palabras (...) 1 .

Gonzalo Arango, Jotamario, Elmo Valencia.

La primera edición de Obra negra, recopilada por Jotamario, vio la luz en 1974, vale decir, en vida del autor de los textos ahí reunidos. Todavía la imagen de Arango, en cuerpo presente, era jaloneada por las distintas facciones del nadaísmo. Sólo después de su muerte, Obra negra sería leído como reemplazo de la persona del poeta y prosista, agitador cultural del Medellín de fines de la década del cincuenta. En ese contexto específico, en esa sociedad cerrada que tan bien conoció Gonzalo Arango (y tanto amó, hay que decirlo, en sus paisajes), la lectura de un libro que ahora es autoridad por haber sido antiautoridad, canónico por anárquico, debió ser una vivencia muy singular. A los veinte años de esa primera edición, la vuelta de Obra negra, que es también el regreso simbólico de Gonzalo Arango, tiene otros signos. Las condolencias no existen en literatura; lo que hay, más bien, son hasta pronto y hasta la vista, esperanzas de futuros distanciamientos y conciliaciones con lo ya escrito, lo que permanece, lo paradójicamente "cerrado", esa obra que ya no será más que así.

Collage. Gonzalo Arango y Jotamario.
Referencia a Jaime Bateman y Brigitte Bardot.

Revisando el presente volumen, con sus ilustraciones místico-nostálgicas ("La conquista del reino"/ "The conquest of the Kingdom", frente a la pág. 234, recuerda la cubierta del tercer L.Pág. de Santana, o alguna psicodélica de Jethro Tull) o acaso semianacrónicas a propósito (la figura masculina de "Sexo y saxofón", de Nadab 93, frente a la pág. 92, tiene un increíble parecido a Bill Clinton, el presidente saxofonista de los Estados Unidos), uno estaría tentado, con las teorías más facilongas de la posmodernidad, a suscribir las palabras de Esdras en el prólogo. Primero que nada, para seguirle la cuerda (¿primero que todo?), digamos que la lectura "posmoderna" permite tales mezclas y convierte en horizontes de normalidad sin aristas las que hace poquito fueron imágenes cargadas de sentido: el Che Guevara con Cristo / la revolución del fusil y la revolución de la flor. El problema estriba, a veces, en confundir las antiguas ventanas para respirar, en la Medellín del 50/60, con la autoselección que en toda tradición se hace —para bien será— de los productos artísticos. Si la anticipada posmodernidad de Gonzalo Arango posibilitara la mezcla absoluta, se le tendrían que parar los pelos al más pintado. Recordemos, con Armando Romero, una celebración:

Y es en ese mismo ambiente de combustión rápida y desorganizada cuando Gonzalo A rango, que como es de suponerse había escalado posiciones de importancia en el país intelectual, por extrañas conexiones que todavía no se han dilucidado muy bien, es invitado a bautizar el buque escuela de la Armada Nacional, el Gloria, con un discurso poético. Entre los invitados de honor se encontraba el Excelentísimo Presidente de la República de Colombia, Carlos Lleras Restrepo, quien ese mismo año de 1968 había clausurado varias veces la universidad y había desatado la ola de persecución política más violenta en la historia del Frente Nacional 2 .


Boletín Cultural y Bibliográfico , Número 33, Volumen XXX, 1993

Continuación


Elmo Valencia.


No digo que ahora se vea la "impureza" ideológica de Arango como un elemento de juicio para restar méritos a sus textos. De hecho, la bendita pureza de la praxis debía pesar para quien hacía profesión de fe vitalista y yerbera de la literatura contra toda coacción del Estado. Ahora, en el triste presente del Sacro Imperio del Libre Mercado y de las malditas fuerzas del fascismo de toda calaña, se dejan extrañar hasta las prosas más combativas y demagógicas del Mario Benedetti pos-Bordaberry. En ese extremo había, por lo menos, una convicción generosa. Pero en este contexto, en esta actualidad, Obra negra implica un reencuentro con un sentimiento de la historia que todavía no extraviaba su esperanza; sólo que hoy la relectura se ajusta como lo haría una semilla al pedregal. Imaginemos, entonces, que el mundo no ha cambiado para peor y que nuestro libro sigue resistiendo los embates de la realidad y la literatura. Y que el ojo del crítico ya no se sorprende tan fácilmente.


Jotamario


Evtuschenko y Gonzalo Arango.

Resalta, primero, la elevación de Arango a icono majestuoso y su labor visionaria con el lenguaje. Al menos tal sería la conclusión que Esdras intenta erigir en el proemio de la nueva edición, haciendo abuso de aquella máxima elemental que dice: el papel aguanta todo. Esdras no para mientes en derroche. Si se trata de comparar a Obra negra, tendrá que ser con Cien años de soledad; si conviene justificar la comparación, pues justifíquese y archívese 3 . Ahí va:

Nunca antes dos escritores habían manipulado tanta negación semiótica. Cien años de soledad contiene 1.850 oraciones con negaciones de tipo doble o más complejas, y 4.600 frases negativas simples, para un promedio de 18,3 negaciones por página. El promedio de Obra negra por página es de 120,5 negaciones! Luego, es un deber vincular a estos dos "manipunegadores" al proceso dela NEGACION CREADORA, responsable de fomentar cierto campo de adiestramiento literario —y otros efectos— teniendo en cuenta que confesaron el primer delito titulado LA NEGACION NADAISTA Y MACONDIANA. En donde se traduce del sánscrito que: Tanto para el escritor es un reto insertar la negación consciente como para el lector identificarla plenamente. Y, que ante el Negacionismo Literario Puro, soledad y olvido son prácticamente la misma NADA. Cada escritor posee un grado de Negacionismo Literario, susceptible de ser cuantificado, ordenado y comparado mediante cibernética. Las pesquisas van en camino. Porque con duda alguna habrá que dirigir todo este Negacionismo Literario SUBLIMINAL LATINO-Americano en una forma sustancialmente evolucionista, como ratas que asimilan y transmutan el veneno en cuerpos genéticos —iUn reto psíquico-nuclear!—. Es eso, o el peligro de caer generando turbinadas de aspavientos. [pág. 11].

A falta de otros delirios contemporáneos, será útil comparar esta pantomima verbal con un texto que se le parece por otras razones, más literarias: la escritura como juego inteligente, docto, culto, de ingenio, erudición y sutileza. Me refiero al Apologético en favor de D. Luis de Góngora (1662), compuesto en la ciudad del Cuzco por el canónigo y predicador Juan de Espinosa Medrano, hijo de indios y apodado El Lunarejo por una marca en la cara. Su defensa del poeta cordobés, a 35 años de la muerte del autor de Soledades, escrita contra Manuel de Faria y Sousa, "caballero portugués", es una de las joyas del barroco en Hispanoamérica, precisamente por la forma en que el texto se sostiene en el exacto aire de la sintaxis y la preceptiva implícitas del culteranismo gongorino. Leer el Apologético equivale a participar —imaginémonos nada más el ejemplo— en un congreso sobre el existencialismo del pirata Barba Azul. Sin embargo, en el alegato verbal de El Lunarejo podemos "re-aprender" una de las bondades carnales de toda literatura: afán de creación de un mundo que ha de sostenerse a sí mismo, sin el bastón de otra realidad que no sea la lengua 4 . (Lenguaje provocador versus lenguaje de la irrelevancia, allí donde la realidad de los hechos alza la voz).

Eduardo Escobar, Jotamario, Darío Lemus, Juan Manuel Roca y Eduardo Zalamea frente al Planetario en Bogotá, 1972 (Fotografía de Rogelio Daraviña).

CONTINUAR

3 La "negación creadora" y la "doble negación" autorizan a Esdras, desde su gramática, a varias transgresiones espectaculares, como puede comprobar el lector: "con embargo" (pág. 8) en vez de "sin embargo; "lo olvidaran de una vez por nada" (pág. 9) en vez de "una vez por todas"; "si obstante" (pág. 12) en vez de "no obstante". Esto al margen de las citas de los libros de García Márquez en las que el prologuista verifica, textualmente, como no podía ser de otra manera, la empatía nadaísta del narrador colombiano que, torre de las paradojas, fuera maltratado por el Profeta en "Boom contra pum pum" (págs. 208-214). (regresar3)

4 Para los lectores que puedan sentirte atraídos por este curioso personaje y estilista supremo, pueden consultar varias fuentes, empezando por el propio Apologético, Ed. de Augusto Tamayo Vargas, Caracas, Biblioteca Ayacucho, 1982. Luis Jaime Cisneros le ha dedicado estudios penetrantes: "Espinosa Medrano, lector del Polifemo", Hueso húmero [Lima], núm. 7,1980, págs. 78-82; "Huellas de Góngora en los sermones del Lunarejo", Lexis [Universidad Católica del Perú, Lima], vol. VI, 1982, págs. 141-159; "Sobre Espinosa Medrano: predicador, músico y poeta", Cielo Abierto [Lima], vol. X, núm. 28, 1984, págs. 3-8. Y Luis Loayza, en su El sol de Lima. Lima, Mosca azul, 1974, págs. 55-65, tiene una semblanza del escritor desde el punto de vista cultural (Metrópoli/Colonia; Virreynato, Lima/ Periferia, Cuzco). (regresar4)


Elmo Valencia Visits FIX University Book Fair

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Día Internacional del Libro y el Idioma / "Bodas sin oro, Cincuenta años del Nadaísmo" by Elmo Valencia

"Bodas sin oro, Cincuenta años del Nadaísmo"

by Elmo Valencia




Fernando IX University

Día Internacional del Libro y el Idioma

La Red de Bibliotecas Públicas Comunitarias celebra el Día Internacional del Libro y el Idioma con una variada programación en diferentes espacios de la ciudad para que niños, jóvenes y adultos asistan, participen y se motiven a leer un libro.

PROGRAMACIÓN:

Miércoles 21
Actividad: Literacura
Lugar: Hospital Club Noel
Hora: 8:00 AM

Actividad: Mi parche es leer
Lugar: Centro Cultural Comuna 20
Hora: 11:00 AM

Jueves 22
Actividad: Aprendiendo con el Bicentenario
Lugar: Centro de Salud Montebello
Hora: 10:00 AM

Actividad: Literacura
Lugar: Hospital Primitivo Iglesias
Hora: 2:00 PM

Viernes 23
Actividad: Fiesta de la lectura - Servicio Social
Lugar: Colegio Rafael Navia Barón Calle 11 No 44-20
Hora: 9:30 AM

Actividad: Fiesta de la lectura - Servicio Social
Lugar: Colegio Normal Superior Farallones Carrera 2 Oeste No 2-65
Hora: 2:30 PM

Actividad: Mi parche es leer
Lugar: Estación Unidad Deportiva del MIO frente a Cosmocentro
Hora: 10:00 AM

Actividad: Lo MIO es leer
Lugar: Plazoleta de los estudiantes frente a Colegio Santa Librada
Hora: 10:00 AM

Actividad: Lo MIO es leer
Lugar: Estación 1 Troncal Carrera 1ª MIO
Hora: 2:00 PM

Actividad: Lo MIO es leer
Lugar: Estación 2 Troncal 7 de Agosto MIO
Hora: 4:00 PM

Actividad: Lo MIO es leer
Lugar: Estación 3 Troncal Universidades MIO
Hora: 4:00 PM

Para mayor información, comunicarse con Ignacio Cerón Nieto Coordinador Red de Bibliotecas Públicas Comunitarias, Teléfono celular 3163259812; o Vladimir Agudelo coordinador operativo Día del libro y el Idioma 3178625912.

"Bodas sin oro, Cincuenta años del Nadaísmo" by Elmo Valencia

Elmo Valencia Visits FIX University

"Bodas sin oro, Cincuenta años del Nadaísmo" by Elmo Valencia


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El poeta Elmo Valencia acaba de publicar Bodas sin oro, cincuenta años del nadaísmo
"Solo creíamos en la nada como un principio, inspirados en lo que decía Sartre,
comenta el poeta Elmo Valencia.
.

Fernando IX University


"Primero quemaron todos los libros que consideraban inútiles y que más los habían torturado. En las llamas ardieron la obra de Heródoto ("porque toda la historia es mentirosa"), 'La crítica de la razón pura' ("pura mierda"), 'La Cábala', 'El catecismo', de Gaspar Astete, y hasta la 'María', de Isaacs.

"Como descendiente directo de Talía, Nerón, Eróstrato, Hitler, y todos los pirómanos de la historia, los invito a quemar nuestros libros para probarle al mundo que desdeñamos el saber hereditario, pues ya no hay nada en qué creer, ni siquiera en nosotros mismos". Con esas palabras, en la plazoleta de San Ignacio, frente a la Universidad de Antioquia, Gonzalo Arango dio vida, por allá a principios de los años 60, al 'Nadaísmo', el controvertido grupo de intelectuales de provincia que se rebeló contra el establecimiento.

Para celebrar algo que pensaron imposible, el poeta Elmo Valencia, uno de sus integrantes, acaba de publicar, con el apoyo del fundación Gilberto Alzate Avendaño, 'Bodas sin oro, cincuenta años del nadaísmo', en el que, además de contar la historia del grupo, recopila los mejores textos de sus integrantes.

En estas páginas gritan "¡presente!" plumas como Gonzalo Arango, Jotamario Arbeláez, Darío Lemos, Samuel Ceballos, Eduardo Escobar, Jaime Espinel, Pablus Gallinazo, Álvaro Medina, Armando Romero, Amílcar Osorio y Patricia Ariza.

"Sobrevivíamos de la nada, del oxígeno. Éramos muy vagos. ¿Sabes por qué nos metían a la cárcel? Porque nos encontraban con el pelo largo o en un automóvil con una chica, contándole los dedos de los pies o leyéndole el Kamasutra", cuenta Valencia, quien con Jotamario hacía parte del 'cartel caleño' de los nadaístas. Los otros, a la cabeza de Arango, eran el 'cartel paisa'.

'Chicaneros' del pánico

Luego de la erudita fogata, vinieron sus famosos "actos pánicos", con los que buscaban publicidad. "Eduardo era el menor, tenía como 14 o 15 años, y yo el mayor, con 25 o 26", recuerda Valencia, al contar -atacado de la risa- la primera de estas travesuras que llevó a Arango a la cárcel por un mes y medio.

Ocurrió durante un congreso de escritores católicos que se celebraba en el paraninfo de la Universidad de Antioquia. "Gonzalo se encargó de hacer el panfleto contra ellos -cuenta Valencia-, mientras otros poetas se encargaron de mezclar químicamente unos elementos que producían un olor terrible, llamado 'pedo químico'. Entonces en el momento en que estaba hablando el señor gobernador, frente a las monjas, los eclesiásticos y todas las logias, Gonzalo tiró los manifiestos en contra de ellos y salió corriendo, y los otros tiraron el frasco. Pobres monjitas, cómo vomitaban".

En otra oportunidad se metieron en una iglesia de Medellín a comulgar y guardaron la ostia en un libro y otro día le pidieron al Alcalde de Cali que cambiara la estatua de 'María', de la plaza del mismo nombre, por una de Brigitte Bardot desnuda.

"Esos eran los comienzos del nadaísmo, ya después dejamos esas cosas. La gente nos criticaba que no habíamos escrito nada. En realidad, habíamos escritor manifiestos duros contra el sistema, contra la sociedad, contra la economía, contra los católicos, contra todo", dice Valencia, al recordar esos años del Café Metropol de Medellín, "refugio de vagos, ladrones y carteristas".

Es mucha el agua que ha corrido por debajo de los puentes en este medio siglo, lo que los sorprende sin arrepentimientos de ningún tipo. "Nosotros no somos partidos políticos que desaparecen sino una reunión de amigos con unas ideas muy raras, muy traviesas, muy fantásticas. No hemos desaparecido en cincuenta años y tenemos fuerza para seguir adelante", concluye Valencia."

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